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Si tienes que intervenir con mujeres víctimas de violencia de género, ten en cuenta que lo principal es apoyar la correcta gestión emocional para activar sus propias estrategias de afrontamiento y conseguir cuanto antes que recupere su autonomía dejando atrás el sufrimiento. Te encontrarás ante un contexto cambiante y sujeto a incidencias ya que una mujer en situación de violencia de género presenta un estado de vulnerabilidad elevado, siendo imprescindible que tu actuación cumpla unos estándares de calidad.

Tus objetivos serán: Proximidad, Sencillez, Brevedad y Pragmatismo

  1. Reducir el impacto psicológico y la posibilidad de desarrollar patologías asociadas al suceso traumático.
  2. Intervenir de manera breve y enfocada a mejorar el afrontamiento de la situación.
  3. Ayudar a desplegar sus propios recursos de adaptación de cara a autorregular su situación emocional.
  4. Desarrollar la autonomía y empoderamiento de la mujer.

Para poder alcanzar estos objetivos debes prepararte y contemplar ciertas habilidades entre las que destacan la empatía, resiliencia y capacidad de comprensión, así como la capacidad de comunicarse con seguridad y efectividad, con flexibilidad cognitiva para priorizar necesidades y tomar decisiones en situaciones estresantes, respetando el espacio propio y los silencios y adaptándose a la comunicación de la afectada para identificar prioridades.

En general, te recomendamos:

  1. Dirigirte a la persona de manera amable y con naturalidad, estableciendo contacto visual.
  2. Dejar claro cuál es el motivo de tu intervención y preguntar por los suyos, respetando sus tiempos y ritmos.
  3. Propiciar un entorno tranquilo y seguro.
  4. Observar su conducta y lenguaje no verbal para establecer un canal de comunicación óptimo y adecuado a sus necesidades y posibilidades.