Las esculturas de Torrevieja son un homenaje a la mujer torrevejense. Representan la difícil situación de esas mujeres que tenían que ver partir a sus maridos, padres o hijos marineros a trabajar al mar.
Luego sólo podían esperar, con la mirada fija en el horizonte, a ver la silueta de los barcos en los que partieron sus seres queridos.
En el año 2009, con motivo del hermanamiento de las ciudades de Oviedo y Torrevieja, ésta última donó una réplica de la Bella Lola instalada en su paseo marítimo a la ciudad asturiana.
Podemos ver esta copia, esculpida también por Carmen Fraile, en el interior de la plaza del Fontán, en Oviedo. Esta vez no mira al mar, ni se posa sobre un banco de piedra en las rocas, se ubica en un banco de madera municipal.