Historia de Torrevieja

ORIGEN DE TORREVIEJA

Torrevieja se formó y tiene su razón de ser, gracias al mar, a las dos lagunas saladas y a las torres de las que tomó su nombre que durante varios siglos desempeñaron en conjunto un rol fundamental en la economía y en la defensa de esta costa.

A pesar de ser una ciudad joven, hallazgos de origen romano tales como ánforas, ancoras, esqueletos humanos, brazaletes, monedas y restos de lápidas funerarias y otros vestigios del Imperio Romano y de otras épocas, encontrados tanto en el mar de esta costa como en tierra, cuyo período cronológico comprende desde el siglo I antes de Cristo hasta el siglo III atestiguan una presencia humana temprana en la zona de La Mata. Se conoce muy poco sobre la utilización de las salinas de La Mata por los romanos, sin embargo en la orilla norte de esta laguna, se encuentran algunos restos de una factoría que fue utilizada para la extracción de sal y la fabricación de salazones, como son las piletas donde se preparaban estos productos.

Torrevieja posee una historia breve pero al mismo tiempo intensa y compleja. El primer asentamiento de población del que se tiene constancia se produce en la Edad Media, con un pequeño caserío pesquero en las inmediaciones de la cala Cornuda, pero no es hasta 1770 cuando estos asentamientos toma carácter de aldea en el lugar de la Torre Vieja, creciendo poco a poco gracias al mar, la extracción de la sal, a la pesca y al comercio marítimo. Aunque el verdadero percutor del crecimiento poblacional ha sido la explotación salinera, no debemos olvidar la importancia de las haciendas del campo cercano que producían cereales, vid, almendras higos y otros frutos, como es el caso de la antiquísima hacienda de La Ceñuela que ya aparece en en el año 1308.

LA SAL

Sabido es, que desde tiempo inmemorial, la sal siempre ha sido muy importante para el hombre, destacando en la conservación de alimentos y una fuente de riqueza para sus propietarios. Los primeros orígenes de extracción de sal no se ubican en Torrevieja sino que se remiten a la laguna de La Mata, cuya sal era famosa desde la Antigüedad por su excelente calidad, siendo siempre un bien privado de la corona para el mantenimiento de sus gastos. Dado su alto valor, la sal era objeto de políticas financieras (gravada con impuestos) y los reyes financiaban diversas campañas

La laguna de Torrevieja fue donada a la ciudad de Orihuela en el año 1283 por el Infante de Castilla D. Sancho el Bravo, aunque más tarde fue devuelta a la Corona por las dificultades económicas y técnicas que tuvo el Concejo para su explotación como un criadero de peces a causa de la alta salinidad y la falta de aportación de agua dulce provocando grandes mortandades entre los peces.

Desde el año 1376 las salinas de La Mata y Guardamar eran arrendadas por comerciantes, siendo un destacado mercader y financiero de Valencia Luis de Santángel, quien participó en la empresa colombina e hizo posible el viaje de Colón hacia América, con un préstamo oficial al rey Fernando en concepto de adelanto de los arrendamientos del dominio público de la salinas de La Mata y otro préstamo personal sin intereses que se emplearon para armar la flota expedicionaria

La explotación sistemática de las salinas de Torrevieja no tuvo lugar hasta el último tercio del siglo XVIII. En el año 1766, el administrador de las salinas de La Mata que también tenía a su cargo la albufera de la Torre Vieja, observó un importante cuaje de sal en las orillas de la laguna, por lo cual realizaron unas pruebas de extracción para determinar la calidad y cantidad de sal. Pruebas que dieron un buen resultado. A partir de ese momento, se inicia la explotación salinera en la laguna de Torrevieja. La intención del traslado de la administración de las salinas de la Mata a Torrevieja se fundamentaba por la calidad y cantidad de la sal de esta laguna, y las mejores condiciones que ofrecía la bahía de Torrevieja para el fondeo de buques y el barqueo de sal desde el muelle de las eras. No es hasta el año 1766 cuando las Salinas de Torrevieja y La Mata comenzaron a ser explotadas para la producción de la sal bajo la administración del Estado.

En el año 1777, se construye el embarcadero de la sal de Poniente y un depósito de las sales al pie de la Torre Vieja. En el año 1778, Carlos III establece la libertad a todos los puertos españoles para efectuar el libre comercio. Con esta medida se fomenta la navegación de altura y se comienza a llevar sal de Torrevieja a Buenos Aires, Uruguay y a otros puertos extranjeros.

En lo relativo a la pesca, la pesquería de Cala Cornuda siempre había sido provechosa y de poco coste para los pescadores. Un pequeño poblado de pescadores se estableció en humildes barracas al amparo de la Torre Vieja en las décadas precedentes a la fundación administrativa de la población ocurrida en el año 1803.

Torrevieja va tomando importancia como villa marinera, cuyo comercio marítimo de la sal y de otros de productos a lo largo del siglo XIX y durante primer tercio del siglo XX, da lugar a creación de una importante flota de barcos de vela, que en su mejor momento, entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX llegó a tener 211 barcos arbolados con toda clase de aparejos, muchos de ellos construidos en los astilleros locales de la playa de Cala Cornuda al abrigo de la punta del mismo nombre. Durante muchos años, los barcos de vela de Torrevieja se dedicaron al comercio marítimo en navegación de cabotaje y de gran cabotaje o altura, en los casos que realizaban viajes a América principalmente a Cuba y Puerto Rico.

La bahía de Torrevieja dejó de utilizarse en el año 1958 por la construcción del nuevo Dique de Poniente y Muelle de la Sal.

La producción media anual es de unas 650.000 toneladas, pero este valor varía cada año en función de los factores meteorológicos como son la radiación solar, el viento y las precipitaciones. En el año 1970, con el fin de elevar la producción de sal, se aprueba la construcción de un saleoducto desde Pinoso a Torrevieja, con el fin de alimentar las salinas de Torrevieja de salmuera procedente del diapiro de Pinoso.

HABANERAS

En aquel comercio de ida y vuelta de los barcos de vela a Cuba los marineros españoles entre ellos los de Torrevieja, durante su larga estancia en los puertos de La Habana y otros, y en sus relaciones con la población aprendieron las habaneras que después trajeron a España. Una rítmica melodía que los marineros adoptaron como forma de expresar las experiencias vividas en las travesías, el amor en los puertos, la belleza de la mulata, los paisajes, los fracasos , los éxitos, dando lugar al emblema de la ciudad de Torrevieja. En el año 1955 fruto de la importancia otorgada por el pueblo torrevejense a esta melodía nace el primer Certamen Internacional de Habaneras. La importancia de este certamen ha ido creciendo a lo largo del tiempo y es a partir del año 1989 cuando adquiere el carácter de internacional y reúne a las mejores corales nacionales e internacionales. Todos los años durante las niches de la última semana de julio, se puede escuchar esta dulce melodía a orillas del mar, en el mismo lugar, dónde apenas un siglo atrás los marinos torrevejenses iniciaban su largo melódico viaje al Caribe.

ARTESANIA SALINERA

Uno de los oficios ligados a la industria salinera es la creación de los famosos barcos de sal. Este proceso, totalmente artesanal, conlleva mucho trabajo y requiere habilidad.

El montaje de un barco de sal, consiste en primer lugar en formar la estructura del barco mediante trozos de madera y recubrirla con trapo muy fino de algodón. Una vez montada la estructura, cuando la laguna está cristalizando se introduce el barco en la salmuera para que los cristales de sal se adhieran a la estructura. Una vez cuajados, se sacan y están listos para su contemplación.

VINO DE LA MATA

Los vinos de La Mata siempre han sido considerados como uno de los mejores vinos de la provincia de Alicante. Durante los siglos XVII y XVIII las viñas de La Mata superaron la filoxera siendo uno de los puntos de Europa en donde no llegó a afectar esta enfermedad de las cepas mientras en el resto de los países europeos tuvieron que recurrir a replantar con cepas procedentes de California mientras las viñas de La Mata siguieron produciendo uva siendo hoy de las más antiguas del mundo.